¿Organismos inmortales?
¿Y si te dijera que hay un organismo que es capaz de vivir para siempre? Seguro que suena a cuento de hadas, pero existe y lo podemos encontrar en la naturaleza. La medusa Turritopsis dohrnii es conocida como la “medusa inmortal”, y se trata de un pequeño cnidario que habita en el mar Mediterráneo y en las aguas de Japón.
Seguramente lo primero que has pensado al leer “inmortal” es que una vez que llega a su fase adulta permanece en este estado para siempre, pero cuando empleamos esta palabra, nos referimos a que biológicamente es inmortal.
Como cualquier medusa, presenta una fase larvaria en la que se encuentra flotando libremente en el mar. La larva se adhiere después al lecho marino, pasando a ser un pólipo, que comienza a clonarse con el objetivo de formar una colonia. Cuando esta colonia alcanza un estado óptimo, se liberan varias medusas individuales. Al alcanzar la madurez sexual, si en algún momento se ven amenazadas, son capaces de volver a formar un pólipo. Es aquí donde reside la clave de su inmortalidad. Las células del animal son capaces de desdiferenciarse y posteriormente volver a diferenciarse. Una vez en estado de pólipo, este ciclo se repite, teóricamente, de manera indefinida.
No obstante, la naturaleza es sabia y aunque las medusas puedan volver a su fase de pólipo cuando están en peligro, a veces son víctimas de la depredación o sucumben ante enfermedades que les impiden volver a esa fase, controlando de esta manera su población.
Escrito y redactado por: Marta Rodríguez Ayala
Comentarios
Publicar un comentario