Resistencia a antibióticos: Una pandemia silenciosa.

Los antibióticos son medicamentos diseñados para combatir patologías causadas exclusivamente por bacterias, y desde su descubrimiento han revolucionado la medicina y la microbiología. Sin embargo, varios factores, incluido un uso indebido de ellos, está causando una pandemia silenciosa: la resistencia.

La resistencia a los antibióticos se ha convertido en un desafío global y alarmante en el campo de la salud pública. El desarrollo de esta capacidad de resistencia es una consecuencia de la selección natural: las bacterias con resistencia genética sobreviven al tratamiento, multiplicándose y transmitiendo sus genes a generaciones futuras. A medida que se utilizan antibióticos con mayor frecuencia (y en muchas ocasiones incorrecta y excesivamente), este fenómeno se acelera. Además, son muy susceptibles a mutar y transmiten los genes de resistencia, no solo a la descendencia, sino también horizontalmente entre miembros de la misma generación.

Las estrategias actuales para abordar la resistencia a los antibióticos empiezan por promover un uso responsable de antibióticos, el desarrollo de nuevos medicamentos y la implementación de medidas de control de infecciones en entornos sanitarios. El descubrimiento y desarrollo de nuevos antibióticos se ha estancado en las últimas décadas, lo cual subraya la necesidad de explorar alternativas innovadoras.

Además, la adherencia a las políticas de prescripción y el control de infecciones pueden ser desiguales en diferentes regiones del mundo, lo que se traduce en un aumento de dicha resistencia. Algunas estrategias emergentes que podrían ayudar en este asunto son:

  1. Terapias combinadas y rotación de antibióticos: combinar varios antibióticos o rotar su uso puede reducir la presión selectiva sobre los microorganismos, disminuyendo la probabilidad de resistencia.

  2. Fagos y terapia de bacteriófagos. Los fagos, virus que infectan bacterias, están siendo investigados como alternativas a los antibióticos. La terapia con bacteriófagos puede atacar bacterias específicas, ofreciendo una opción personalizada de tratamiento.

  3. Edición genética y modificación de microorganismos. La edición genética, como CRISPR-Cas9, está siendo explorada para modificar bacterias y hacerlas susceptibles a antibióticos existentes.

  4. Probióticos y microbioma: promover la salud del microbioma humano puede fortalecer la resistencia natural a las infecciones, reduciendo así la necesidad de antibióticos.

  5. Nuevas vías terapéuticas. El desarrollo de terapias que ataquen mecanismos diferentes a los de los antibióticos tradicionales, como la inhibición de la comunicación bacteriana o la disrupción de sus sistemas de defensa, podría abrir nuevas posibilidades.

Colaboración global y acción colectiva: Abordar la resistencia a los antibióticos es un desafío multidimensional que requiere un esfuerzo global coordinado. La colaboración entre gobiernos, industria farmacéutica, profesionales de la salud y la sociedad en general es fundamental para implementar estrategias efectivas y sostenibles. 

Escrito por: Sonia González García





Comentarios

Entradas populares de este blog

Una charla con Silvia Pérez: profesora y artista

Vencejos: Los eternos voladores